sábado, 4 de julio de 2009

La Corrupción del COIIM (XXIII)

"39. Dimita, Junta de Gobierno podrida, corrupta, delincuente, prevaricadora y estafadora del COIIM, porque cuando un estafador entra en tu vida, puedes darte por jodido; y cuando ese estafador es un Ingeniero Industrial Colegiado, puedes darte por tremendamente follado. Pero cuando ese estafador Ingeniero Industrial Colegiado está protegido y amparado con la connivencia del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid y con el mismo objetivo de engañar al ciudadano emprendedor, puedes darte por violentamente violado, muerto en vida, vivo en muerte.

Ocultar una estafa de un Ingeniero Industrial Colegiado, ayudarle en su objetivo de finalizar esa estafa, engañar al ciudadano emprendedor al decirle, mediante visado no revocado, que un Taller de Chapa y Pintura no es un local con riesgo de incendio y explosión, omitir su deber de presentar denuncia porque conocen los hechos y en cambio: presentar una denuncia contra ese ciudadano, al cual denegaron además las hojas de reclamación, al cual denegaron la contestación a los burofax y la petición de un perito industrial para que hiciera un informe pericial de los proyectos 200417373 y 200417617 basándose en que es algo que excede claramente las competencias de sus Colegiados, y ciudadano emprendedor al cual expulsaron de su local declarándole persona non grata, es algo que indica lo que son Ustedes: la Gran Familia de la Mafia, los Al Capone de la Ingeniería Industrial, los Vito Corleone de la Inmundicia Delictiva, un mal ejemplo para el resto de los Colegios Profesionales de Ingeniería Industrial y un INSULTO CON MAYÚSCULAS A TODOS LOS INGENIEROS INDUSTRIALES LEGALES Y HONESTOS.

¿Les gustaría que les hicieran a Ustedes lo mismo? Dimitan, si les queda una pizca de humildad y dignidad. Porque si la solución a una instalación ilegal realizada mediante unos proyectos ilegales, que fueron previamente legalizados, mediante el visado ilegal de su Departamento de Visados, es que el ciudadano prosiga realizando disposiciones económicas para finalizar esa instalación ilegal y potencialmente peligrosa a la cual no darían los permisos y licencias necesarios, esa solución es prevaricativa, estafadora y peligrosa para la Sociedad.

¿Y Ustedes son los que ejercen la correcta tutela del ejercicio de la profesión como garantía de los derechos de los ciudadanos? Dimitan y Pidan Disculpas Públicas a la Sociedad. Es el único camino para recuperar su prestigio y devolver la dignidad a la ciudadanía."


Extracto del Libro: 1.000 motivos por los que debe dimitir la Junta de DesGobierno del COIIM, por David Orejas Demono."

Nota añadida a escondidas por Sonia:

-¿Notan Ustedes, Junta de Gobierno del COIIM, cómo les vaciló ese Ingeniero Colegiado? ¡Kon Kondón, Señor DeKano, Kon Kondón!

-Sonia, definitivamente, y con precisión como le gusta precisar al COIIM, eres la más contundentemente precisa.



¡Lo inesperado! se dijo Willy. Era un experto en tomar decisiones arriesgadas aunque le valiera la vida en ello. Vio que si se enfrentaban ellos tres a ambos coches, tendrían las de perder. Dio un pico a forma de beso en los labios de Sonia como muestra de agradecimiento y la dijo gritando a modo de despedida:

-¡Largaos ya! ¡Es una orden de batalla! ¡Ya!

¡Lo inesperado!. Lo inesperado y sorprendente para los dos coches fue encontrarse que alguien se les había adelantado. Observaron incrédulos cómo el coche de Willy arrancó y una persona, lo más seguro que fuera el detective, empezó a correr ¡en dirección a ellos, pistolas en manos y disparando como un poseso!

El conductor del primer vehículo miró incrédulo al acompañante, su jefe. Le hizo una señal con la cabeza para que acelerara y le embistiera. Un simple movimiento de su cabeza ladeándola hacia arriba fue suficiente para que el conductor acelerara y entendiera la orden.

¡Lo inesperado! fue que Willy siguió corriendo hacia ellos vaciando las dos pistolas de sus cargadores en cortas ráfagas pero aun así, efectivas. Debía evitar, a toda costa, que fueran detrás de Sonia. Cuando se hallaba a escasos cincuenta metros, cambió la dirección de las balas y procedió a disparar a las ruedas delanteras del primer vehículo. ¡Lo inesperado podría salirle caro pero al menos, le daría tiempo a Sonia para huir!

Cuando faltaban cinco metros, Willy percibió con sus ojos y oídos que los impactos de bala reventaron la rueda delantera izquierda del vehículo que quería atropellarle. Le faltó poco para que le embistiera. En cambio, prosiguió disparando a la vez que saltaba hacia la derecha, encima de los coches que estaban aparcados.

El salto que dio Willy tenía un objetivo concreto, fue hacia el capó delantero para resbalar y chocar con la luna delantera para romperla y posteriormente, caer de la misma inercia por su velocidad, justo detrás del coche sobre el que había brincado. El Mercedes color gris oscuro chocó violentamente contra el coche sobre el que saltó. La rueda reventada ejerció su atracción a la izquierda. Producto del choque, el Mercedes giró y quedó cruzado. Willy estaba ya parapetado detrás del coche.

¡Lo inesperado! surtió el efecto deseado. El Mercedes rebotó, se paró su motor y bloqueó la calle y el otro Mercedes, que tuvo que detenerse. Consiguió un tiempo precioso para Sonia y David. Aprovechó ese escaso segundo que tenía para cambiar ambos cargadores de las pistolas y para mirar la escapada de Sonia. Vio que Sonia había casi detenido su vehículo en la calle perpendicular. Escuchó abrirse las puertas de los vehículos, momento en el que ya tenía cargadas las pistolas y se levantó. Otra ráfaga de balas empezó a desfilar en dirección al primer coche. Estaba a escasos diez metros.

-¡Son militares! se dijo a sí mismo Willy.

Se habían refugiado detrás de las puertas. En el otro Mercedes, sus cuatro ocupantes también se habían escondido detrás de las puertas abiertas y empezaron a disparar en dirección a Willy. Willy entendió que le tenían acorralado y que no duraría un minuto si se enfrentaba a ellos directamente. Analizó la situación con vertiginosa y asombrosa rapidez, dada la complicación: un coche delante de él con tres militares por su aspecto y uno de ellos corriendo en dirección a Sonia. El otro coche al otro lado, con otros cuatro militares que empezaron a disparar hacia él.

Willy estaba ocultándose en cuclillas detrás del coche y volvió a mirar hacia Sonia.

-¿A qué esperas? ¡Huye!, se dijo Willy.

¡Lo inesperado! Willy volvió a asomarse y repartió los disparos de la pistola que sostenía con su mano izquierda al vehículo accidentado. Con la pistola de su mano derecha, aprovechó para martirizar al vehículo bloqueado. Bajó las armas ligeramente hacia abajo y disparó a las piernas de los agresores. Notó un fuerte golpe en el pecho que le obligó a volver a agacharse, pero con los brazos en alto, prosiguió disparando a tientas.

El efecto fue el deseado. Willy comprobó que Sonia huyó, pues su coche ya no estaba. En cambio, el que salió corriendo en dirección a Sonia regresó por la acera en la que se encontraba Willy y empezó a disparar en su dirección, corriendo a la vez, sin temor alguno, convencido que le cogería. ¡No tenía salida! Willy estaba atrapado entre tres frentes de balas.

¡Lo inesperado! fue una decisión correcta que le obligó a seguir disparando, pero esta vez de otra manera. En un principio, no vio mucho peligro en las balas que silbaban a su alrededor y que provenían de la dirección del que corría por la acera. Willy dio media vuelta y se puso a correr intuyendo y tanteando con la muñeca hacia dónde tenía que apuntar para seguir dispararando las balas, por lo que, colocando sus brazos hacia atrás, prosiguió apretando el gatillo y escupiendo balas hacia los que estaban más cercanos, los dos coches.

Detrás de su espalda y entre los dos edificios de la zona residencial, había un camino lleno de árboles y bancos sólidos de piedra. Continuó disparando pero antes de perder de vista al que venía por la acera, que corría hacia él como alma que le llevara el diablo, dirigió la pistola de su mano derecha en esa dirección y realizó dos disparos antes de que el muro que hacía esquina con el camino le impidiera el recorrido a las balas.

A la vez, volvió de nuevo a utilizar ambas pistolas en la dirección de los dos coches. Parecía que ¡lo inesperado! había sorprendido a todos. Siguió corriendo y disparando a la vez, introduciéndose y ocultándose en la oscuridad del camino de ambos edificios. Afortunadamente, no había farolas.

Giró la cabeza cuando llevaba más de cien metros recorridos. ¡No le seguía nadie! y escuchó los sonidos de las sirenas de la Policía. Todavía les faltaría por llegar a la zona un par de minutos, quizás algo menos. Siguió corriendo. Notaba una calidez en su brazo derecho. La adrenalina le ocultó el dolor que una de las balas le provocó en el brazo, casi a la altura del hombro. Willy se ocultó en la oscuridad y se perdió en ella.

-¡Vámonos!, dijo el Jefe.

Observó que ese detective era algo más de lo que había calculado: ¡había matado a dos de sus hombres!, y a otros dos los había herido en las piernas. Dejaron el coche accidentado y a los dos hombres muertos, y dando marcha atrás a toda velocidad, escaparon con el otro vehículo en el mismo sentido por el que vinieron.

-¡Un solo hombre ha podido con dos escuadrones!, le dijo el Jefe a los cuatro que estaban sentados bastante apretados en los asientos traseros.

Las caras de todos ellos eran de ¡sorpresa!. Respiraban con fuerza los dos heridos, que se quejaban de dolor y además, observó que le estaban manchando el suelo del vehículo con sangre. ¡Dos escuadrones que fueron entrenados por la CIA, dos escuadrones de asesinos que eran militares entrenados y experimentados en guerra, habían sido repelidos y derrotados por un vulgar detective!

El Jefe empezó a sentir una cierta admiración y empatía por ese detective, al cual no volvería a considerar un vulgar detective, y sí empezaría a considerarlo como un digno rival en la batalla. Había subestimado la actuación de ese valeroso y extraño detective. Curioso oponente el que nos hemos encontrado, pensaba. ¡Interesante! Ha hecho frente a tres zonas de tiro en distintas direcciones y ha salido vencedor. Debo investigar su pasado. Quiero saber quién es. Se lo prometió.

La noche fue movida en el barrio. La Policía recogió más de 250 casquillos de bala que habían sido disparados en dos minutos escasos. Javier estaba alucinando. Llamaba a Willy, a Sonia y a David, pero nadie contestaba a sus plegarias. Dos muertos estaban en la calzada. Un coche accidentado en medio de la carretera. Restos de sangre en la calzada le indicaba a Javier que había heridos.

Willy había llamado a Javier y le había dicho que se dirigiera a toda velocidad y con refuerzos a la vivienda de Sonia. Las Fuerzas del Orden llegaron tarde. A Javier le iba a tocar pasar una larga noche y un largo día rellenando papeles y atestados. Al día siguiente, un escueto mensaje en los diarios indicó que se había producido un tiroteo, con dos presuntos delincuentes muertos y posiblemente relacionado con la droga. Un posible caso de rivalidad entre bandas por la zona fue lo que se dijo.

Willy también le dijo a Javier que no fuera a su despacho porque no lo consideraba seguro. También le dijo que era probable que fueran a por él. Las pruebas solo las tenía Willy. Javier estaba atado de pies y manos: ¡no podría hacer ni decir nada! Y eso le jodía.

-Cuando te pille, Willy, te vas a cagar porque vas a tener que explicarme muchas cosas, se prometió en silencio Javier, que observaba con atención la escena y esperó pacientemente que los agentes a su cargo le indicaran algo.

Observó un rastro de sangre que se perdía en la oscuridad de un camino entre dos edificios, un camino sin farolas.


"En parte, la presente video-novela (5ª parte) está basada en hechos reales. Sus documentos gráficos así lo demuestran, no habiéndose modificado alguno. Los cargos que aquí se nombran también son ciertos, no así los nombres de las personas, que han sido cambiados para preservar su dignidad y honor."

Definición de Prevaricación según la RAE: Delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario.

Definición de Prevaricación según Antonio: ¡Ahí va! ¡Serán delincuentes!

Definición de Estafa según Antonio: ¡La Madre que me parió!

Nota del autor: Las dos cartas publicadas como contestación del COIIM son reales. Se ha modificado el nombre del proyectista, del Responsable del Departamento de Visados y del Secretario. También se ha ocultado el nombre del Organismo de Control Autorizado, al cual se le ha puesto las siglas O.C.A. El sello del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid solo se ha desplazado para que entrara correctamente. El resto, y aunque parezca mentira lo que la picha estira, es la respuesta real, sin modificación alguna, a un proyecto ilegal, legalizado mediante el visado ilegal del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid, el COIIM.

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