sábado, 4 de julio de 2009

La Corrupción del COIIM (XVIII)

"34. Dimita, Junta de Gobierno del COIIM, porque si para Ustedes, la solución a una instalación ilegal que fue realizada mediante unos proyectos ilegales que fueron legalizados mediante el visado ilegal de su Departamento de Visados, es engañar al ciudadano para que prosiga realizando disposiciones económicas en una instalación ilegal a la cual no darían los pertinentes permisos y licencias, esa solución es prevaricativa y estafadora para la Sociedad."

Extracto del Libro: 1.000 motivos por los que debe dimitir la Junta de DesGobierno del COIIM, por David Orejas Demono."

Nota añadida a regañadientes y con lastimosos quejidos seguidos de sollozos pueriles (¡jooooo, mamá, déjameeee, andaaaa!) por David:

-¿Notan Ustedes, Junta de Gobierno del COIIM, las cálidas sonrisas de sus Ingenieros Colegiados? ¡Kon Kondón, Señor DeKano, Kon Kondón!

-David, tú y yo necesitamos un bozal en la boca.



David y Sonia habían enmarcado la frase que había confeccionado Willy, y que resumía, en pocas palabras, la respuesta que el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid otorgó al desaparecido Antonio. Ambos se preguntaron ¿qué pasaría si pusieran al Responsable del Departamento de Visados ante los Tribunales y le preguntaran qué le había dicho a Antonio en esa reunión que tuvieron?

Hacían apuestas. Por lo que habían recopilado del Diario de Antonio, Ángel Demon Rodríguez, Responsable del Departamento de Visados, le solicitó a Antonio que pidiera Amparo. Del dicho al hecho parecía que había mucho trecho. Y parecía que, al final, el desaparecido Antonio llevaba razón. Y podía demostrarse fácilmente. Solo con decir que los proyectos fueron realizados con mala fe, era suficiente. Mala fe era realizar unos proyectos para un taller de chapa y pintura como un local de entretenimiento.

¿Qué significaba que el propio Responsable de Visados del Colegio Oficial le pidiera a Antonio que solicitara Amparo por escrito? La respuesta era muy sencilla. El Colegio Oficial había visado ilegalmente un proyecto ilegal. Realmente eran dos los proyectos ilegales. Los habían visado ilegalmente porque no habían acreditado la Normativa aplicable en esos proyectos industriales. El proyecto de electricidad era ilegal porque estaba realizado con una falsa Ley que decía que a los Talleres de Chapa y Pintura, sus Ingenieros Colegiados podrían hacerle los proyectos como si fueran locales de entretenimiento a los cuales se les podría hacer su instalación como el de una nave convencional.

Pero lo más curioso era la segunda carta que el desaparecido Antonio recibió. En ella se afirmaba que Ángel Demon Rodríguez no le había dicho eso. Que no le había pedido a Antonio que pidiera Amparo, que no le había dicho que los proyectos debían hacerse nuevos. Es decir, que Antonio pidió Amparo porque le salió de la polla, vulgarmente hablando como hablaban las personas vulgares como David.

En esa segunda carta, Ángel Demon afirmaba que, como Responsable del Departamento de Visados y como Profesional de la Ingeniería Industrial y perfecto conocedor de la Normativa a aplicar según el Reglamento Electrotécnico de Baja Tensión, esos proyectos solo precisaban de ciertos reajustes que no supondrían un trabajo excesivo. Y por supuesto, según el Colegio Profesional, ese trabajo tan poco excesivo debería pagarlo de su bolsillo el desaparecido. Es decir, que derribar una instalación eléctrica ilegal, y realizar unos míseros anexos convirtiendo un proyecto para un local de entretenimiento en un proyecto para local con riesgo de incendio y explosión, era algo que solo precisaba de ciertos reajustes que no supondrían un trabajo excesivo y que debería pagarlo el desaparecido Antonio.

¿Pasar una instalación convencional realizada además con la normativa antigua a una instalación de un Taller de Chapa y Pintura como local con riesgo de incendio y explosión y según la normativa vigente con unos simples anexos? Demencial.

La pillada de Willy, Javier, David y Sonia al COIIM había sido incomensurable. El Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid no tenía responsabilidad alguna en poner el sello de visado colegial. Según David, ¿por qué era obligatorio visar los proyectos? ¿Por Ley? ¿Solo por comprobar que era un Ingeniero Industrial quien los había realizado? En cambio, lo que decía la Ley en su Real Decreto 1332/2000 era todo lo contrario. Los Colegios Profesionales cobraban esos honorarios en el proceso de visado para comprobar que en ellos se había aplicado la Normativa vigente y porque, además, los Colegios Profesionales tenían, como finalidad última, la correcta tutela del ejercicio de la profesión como garantía de los derechos de los ciudadanos.

¿Qué era lo que comprobaban realmente en el Colegio Oficial de Ingenieros? ¿Cobraban una cantidad por visado, según potencia y presupuesto del proyecto, sin comprobar la Normativa? ¿Cobraban tal cantidad de dinero solo por verificar que ese Ingeniero Industrial estaba debidamente Colegiado? ¿Acaso se necesitaban 16 miembros en una Junta de Gobierno solo por poner sellos y no verificar los proyectos? Cuatro Ingenieros Visadores Remeros explotados por 16 miembros de la Junta de Gobierno del Colegio Oficial. Así era España. Un estornudo de crisis y a por los cinco millones de parados.

David comentaba que lo mejor que se podría hacer para abaratar la creación de una empresa sería extender, por parte de la Comunidad a la que perteneciera, un carné de profesional que acreditara que ese Ingeniero era Titulado. Como por ejemplo el carné de los Instaladores Autorizados de Electricidad. Así, el emprendedor se ahorraría una gran parte de lo que se cobraba al realizar y visar un proyecto industrial. Y además el proceso de la creación de una empresa sería mucho más rápido. Y ese dinero, que en la actualidad perdía el Emprendedor por el tiempo y lo que costaba el proceso de visado, sería reinvertido en la creación de una mejor empresa y más sólida.

De esta manera, el precio del proyecto industrial se abarataría considerablemente al igual que el de la creación de la empresa en tiempo menor. A David, eso de dar de comer gratuitamente a unos estómagos agradecidos le parecía bastante mal de antemano, y de que el Estado les hubiera concedido ese don de cobrar por visado a cambio de que se verificaran una serie de requisitos, era un trámite meramente burocrático. Lo demostraba el hecho de que los proyectos 200417373 y 200417617 habían sido garantizados por el Colegio Oficial, con su visado, que estaban realizados según la Normativa vigente. Esa era la obligación del Colegio Oficial.

Verificar que un Ingeniero Industrial lo era es una tarea extremadamente sencilla, comentaba David. Un nombre y un número de colegiación en una base de datos informática se comprobaba en escaso minuto. Y si por escaso minuto llegaban a cobrar 600 Euros por proyecto, o más en muchos casos, y ya que habían demostrado que no verificaban la Normativa, ¿para qué existían entonces los Colegios Profesionales?

Sí, estómagos agradecidos. Eso es lo que eran. O como decía David, estómagos desagradecidos.

¿Por qué no pudo dar parte el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid a su Compañía de Seguros? ¿Y si lo dieron? Era obvio. La póliza de seguro de responsabilidad civil del Colegio Oficial excluía la mala fe de los Ingenieros Industriales. Los proyectos estaban, por tanto, realizados con mala fe. Cualquier perito industrial se daría cuenta en menos de cinco minutos. Y es más, también en póliza se indicaba que se excluía la no verificación de la Normativa en el proceso de visado. Es decir, que, de una manera o de otra, el parte sería rechazado tanto por el lado del Ingeniero como por parte del Colegio Oficial.

La solución más lógica fue la que propuso Ángel Demon Rodríguez, que, como decía Antonio en su Diario, después de las explicaciones de la problemática surgida a raíz de la instalación, en la que Antonio le comunicó la gran cantidad de defectos que se habían encontrado y que habían entorpecido la correcta ejecución de la obra, Ángel Demon Rodríguez pidió a Antonio que solicitara Amparo mediante escrito.

Según el Diario de Antonio, en la reunión que tuvo con Ángel Demon, le comunicó las numerosas devoluciones de material que no concordaban entre el Presupuesto y la Memoria y Cálculos, igualmente los numerosos errores encontrados en los planos industriales, la mala calidad del esquema unifilar que apenas se veía y que tuvieron, en parte, que realizar la instalación por intuición, al igual que las numerosas menciones a la antigua Normativa del Reglamento de Baja Tensión. Y había muchísimos más errores. Errores que no entraban en el conocimiento de un simple ciudadano. Errores que no eran mala praxis o negligencia del Colegiado. Habían sido introducidos a propósito, intencionadamente, con mala fe.

Concordaba que esta explicación sería ofrecida en menos de cinco minutos a Ángel Demon Rodríguez, que como Responsable del Departamento de Visados, escuchó toda la explicación brevemente resumida, y según el Diario de Antonio, cogió el proyecto 200417373, buscó la clasificación de emplazamientos y los planos representativos. No los vió, se extrañó y buscó la desclasificación de zonas de taller que debería hacerse preceptivamente para demostrar que la instalación no era necesario hacerla como la de un local con riesgo de incendio y explosión. No encontró la desclasificación de zonas.

Y en cinco minutos, tiempo transcurrido desde que se presentaron, le dijo a Antonio, refiriéndose al proyecto de instalación eléctrica:

-El proyecto está mal, hay que hacerlo nuevo. Pide Amparo al Secretario mediante escrito.

-¿Pero por lo que te he dicho?, contestó Antonio.

-No, es por otra cosa, respondió Ángel Demon Rodríguez.

Según Antonio, lo dijo con cierto nerviosismo y preocupación. Y solicitó ese Amparo que le dijo el Responsable del Departamento de Visados. Y la respuesta del Secretario del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid equivalía a decirle a un ciudadano:

-Como Usted desconoce la Normativa, ¡jódase, molesta mosca cojonera!



Pero la segunda hoja de esa misma respuesta era ya un insulto del COIIM a toda la Sociedad, incluyendo a los Ingenieros Industriales Colegiados que son honestos y legales. Esa segunda hoja ofrecía una solución que era propia solo de la mente enfermiza y delincuente de quien la escribió y de quien mandó escribirla, la cual sería posible demostrar si el COIIM mostrara lo que se decidió en acta:



Antonio presentó una carta de queja. Como era preceptivo, el COIIM respondió con la vulgaridad siguiente:



La segunda carta que recibió el desaparecido Antonio decía que Ángel Demon Rodríguez no dijo que el proyecto había que hacerlo nuevo y lo que dijo realmente era que el proyecto solo precisaba de ciertos reajustes que no supondrían un trabajo excesivo. Era como comparar el agua en ebullición al agua congelada, como el negro al blanco, como la noche al día. Si pusieran ahora a Ángel Demon Rodríguez frente a un Ilustre Sr. Juez, ¿qué diría?

A David le entraba la risa floja con solo pensarlo. Como dijo también Antonio en su Diario:

"Cuando hablé con el Ingeniero que visó los proyectos, en menos de un minuto me despachó diciendo:

-Es que, es que, es que..., ¿sabe lo que le digo? Que yo no tengo por qué hablar con Usted."

-Olé sus Santos Cojones, le dijo David a Sonia.

Así es como trataba el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid a la Sociedad Emprendedora de la Comunidad de Madrid. Y mucho más grave era cuando Antonio trató de hablar, posteriormente al recibimiento de la primera carta del Colegio, con Ángel Demon Rodríguez. Cuando se identificaba por teléfono y pedía hablar con el Responsable del Departamento de Visados, nunca podía hablar con él. Se negaba categórica y rotundamente a hablar con ese indigno ciudadano. Su categoría era mucho mayor. Era uno de los dioses del Colegio Profesional.

¿Qué quería decir que no se pusiera al teléfono para dar explicaciones del repentino cambio de que pidiera Amparo, a que tuviera que asumir todo el coste del visado ilegal de unos proyectos ilegales? Que para Ángel Demon Rodríguez, cualquier individuo que perteneciera a la Sociedad y que no tuviera un título de Ingeniería Industrial, era un ser indigno de hablar con él. Otro que parecía estar en la montaña del Olimpo. Sí, la Sociedad Española era indigna para el Responsable del Departamento de Visados. Tan indigna que no merecía la pena malgastar un gramo de saliva en hablar con alguien tan indigno y tan ridículo.

La Sociedad era indigna para el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid. Y lo más gracioso era su afán de protagonismo para con la Sociedad. El engaño estaba servido. Salían en la radio, en la televisión, en internet, diciendo que el Colegio Profesional era necesario para la Sociedad porque ellos comprobaban, con su visado, que la Normativa era la vigente o la aplicable en los proyectos industriales, porque tenían como finalidad última la correcta tutela del ejercicio de la profesión como garantía de los derechos de los ciudadanos. Estómagos desagradecidos.

Era increíble. El mismo COIIM había pedido a un ciudadano que pidiera Amparo porque había sido engañado. Un engaño basado en unos proyectos industriales ilegales. Un engaño que haría que ese ciudadano hiciera una serie de aportaciones económicas en una instalación ilegal. Un engaño basado también en la implicación de un visado colegial mediante un sello ilegal del Colegio Oficial. Por eso, el mismo COIIM había pedido a Antonio que pidiera Amparo.

Sin más explicaciones. Y después, como por arte de estupidez, debieron arrepentirse para así no asumir el coste del ilegal visado de unos proyectos ilegales, recurriendo al ataque corporativista, al engaño, a la mentira y a llamar mentirosos a los ciudadanos. La mejor defensa es un buen ataque, como decía ese sabio consejo del arte de la guerra. Y como en el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid somos los mejores y los más listos, tomémosle el pelo a los ciudadanos. ¡Una Corporación Sin Ánimo de Lucro de cara a la Sociedad! Una mentira y una patraña de espanto.

¿No se les caería la cara de vergüenza? No, porque no tenían vergüenza, decía David. No, no tenían vergüenza porque son unos sinvergüenzas, parodiaba y sermoneaba repetidamente. Era como si David se la estuviera metiendo ahora a Goliath con un alambre de espinos. Y el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid se la lió parda a un ciudadano. ¡Vaya si se la lió parda! Pero en el Colegio Oficial estaban experimentados con estas situaciones.

Tan experimentados que solo habría que verles la cara. Y como grabó Antonio, mediante cámara oculta, esas caras eran de un odio radicalmente incomensurable. Si las miradas pudieran matar, las del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid hubieran matado a toda la Sociedad, pero a Antonio le fulminarían si pudieran.

Definitivamente, eran unos auténticos delincuentes sinvergüenzas y mafiosos. Los Colegios Profesionales de Ingeniería Industrial deberían cerrarse. O delimitar su actuación a ser un colectivo que agrupara a los Ingenieros Industriales que quisieran ser Colegiados. Y que esa Colegiación no les diera ningún Derecho particular respecto a la Sociedad, absolutamente ninguno. Y que esos Colegios Profesionales no visaran proyectos, así el proceso de creación de una empresa sería mucho más barato y rápido.

Más barato porque no sería necesario cobrar por un visado que no garantizaba nada. Más rápido porque así no se perdería y malgastaría el tiempo y el dinero del ciudadano. Se necesitaba una decisión valiente por parte de la Política. Derogar el Real Decreto 1332/2000 y sus funciones primordiales, como la del visado, sería un acto de valentía que abarataría la creación de una empresa en todos sus aspectos.

El visado era un Impuesto Revolucionario, Un Impuesto Mafioso que no garantizaba nada. Era un Impuesto Mafioso que garantizaba la defensa jurídica del Colegio Oficial. Era un Impuesto Mafioso y Lucrativo que asesinaría los derechos y los sueños de los ciudadanos emprendedores de la Comunidad de Madrid. Un Impuesto impuesto por el Estado porque el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid tendría como finalidad última la correcta tutela del ejercicio de la profesión como garantía de sus propios derechos personales como estómagos agradecidos. Al ciudadano, pan y agua, un largo y oscuro velo que le impediría ver la realidad.

Estómagos agradecidos que eran considerados una Corporación de Derecho, Sin Ánimo de Lucro y Personalidad Jurídica Propia. No pagaban IVA. Estaban exentos de pagar impuestos. Y todo a cambio de verificar que en los proyectos que visaban se había aplicado la Normativa vigente. Solo por ser aquellos que, y como decía el Real Decreto 1332/2000, tienen como finalidad última la correcta tutela del ejercicio de la profesión como garantía de los derechos de los ciudadanos.

Estómagos agradecidos que formaban parte de una Corporación de Derecho de Pernada contra la Sociedad, con todo el Ánimo de Lucro que les hacía cometer prevaricaciones y estafas con tal de no asumir su responsabilidad en el sello del visado colegial, y con la suficiente Personalidad Jurídica Propia para Prevaricar y Estafar basándose en el engaño y en su posición de poder, privilegio, conocimiento y prestigio. Su orgullo y prepotencia eran patentes a cualquier ojo.

Era realmente curioso, se decía David, que el mismísimo Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid utilizara el dinero que recaudaban en ese impuesto mafioso que era el visado, para defenderse ellos mismos contra los ciudadanos. Una vulgaridad de ¡aquí te espero, Bandolero! ¡Observe Usted cómo engañamos al ciudadano con su mismo dinero pagado por el proceso de visado! Una vergüenza de unos sinvergüenzas que más pronto, o más tarde, debería ser erradicada por y para beneficio de la Sociedad.

Para David, el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid tenía un Código Deontológico que decía: "si a nosotros un Ingeniero Colegiado nos la mete, nosotros se la meteremos al ciudadano". El Código Deontológico de la Mafia era el mismo que el del Colegio Oficial. Realmente atónito se quedó David con la frase de Willy:

"Para el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid, la solución a unos proyectos industriales ilegales realizados por nuestro Colegiado y que han sido legalizados convenientemente por el visado ilegal de nuestro Departamento de Visados, es que le den por el culo al ciudadano, que semos los más listos y los más inteligentes, los más malos malosos y peligrosos de este lado del Olimpo."

"En parte, la presente video-novela (5ª parte) está basada en hechos reales. Sus documentos gráficos así lo demuestran, no habiéndose modificado alguno. Los cargos que aquí se nombran también son ciertos, no así los nombres de las personas, que han sido cambiados para preservar su dignidad y honor."

Definición de Prevaricación según la RAE: Delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario.

Definición de Prevaricación según Antonio: ¡Ahí va! ¡Serán delincuentes!

Definición de Estafa según Antonio: ¡La Madre que me parió!

Nota del autor: Las dos cartas son reales. Se ha modificado el nombre del proyectista, del Responsable del Departamento de Visados y del Secretario. También se ha ocultado el nombre del Organismo de Control Autorizado, al cual se le ha puesto las siglas O.C.A. El sello del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid solo se ha desplazado para que entrara correctamente. El resto, y aunque parezca mentira lo que la picha estira, es la respuesta real, sin modificación alguna, a un proyecto ilegal, legalizado mediante el visado ilegal del Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de Madrid, el COIIM.

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