sábado, 4 de abril de 2009

La Estafa del COIIM (XI)

Willy tardó tres días en localizar a Sall. Le sorprendió que en Madrid fuera un mendigo y en Rabat viviera en un hermoso barrio residencial. Observó que varias personas le miraban con recelo mientras uno de ellos entró en la vivienda, lo más seguro que para avisarle que había un extraño merodeando por la zona.

Una cortina de la casa se abrió y notó que estaba siendo observado con detenimiento. A pesar de que Willy no lo podía ver por el reflejo y el ligero tintado del cristal, intuyó que era Sall y la persona que había entrado a avisarle.

Willy se había plantado en el mismo sitio donde estaba, esperando con cautela pero con seguridad, sin realizar movimientos, mostrando su cara de frente a la ventana. Con orgullo, alzando la barbilla, para que fuera reconocido. Con orgullo, como el mismo que mostró Sall cuando se despidió en la estación de autobuses de Torrejón de Ardoz. Esperó pacientemente y al cabo de un par de minutos, Sall salió.

No era el mismo Sall que había conocido mendigando. Se acercó a él, mirando a ambos lados de la calle, como verificando que nadie hubiera seguido a Willy. Habló con dos de las personas que parecían vigilar la vivienda, cada una de ellas fue en direcciones opuestas, estableciendo un perímetro de vigilancia.

Sall se quedó a tres pasos de Willy. Su primera frase fue consecuente con lo que imaginaba Willy:

-¡Espero que no te hayan seguido!

Willy contestó con un movimiento negativo de la cabeza. No le habían seguido, lo verificó hasta la extenuación. Sall verificó con las dos personas que establecieron la vigilancia que a Willy no le había seguido nadie. La respuesta fue otro movimiento de cabeza de ambos.

Willy le preguntó:

-¿Qué significa todo esto?

-Bienvenido, Amigo mío, a mi morada. Acompáñame dentro, estarás más fresco.

Willy sonrió ligeramente. Ambos entraron y se acomodó en espera de que Sall trajera un servicio de té. Para Sall era cortés y valiente que se empezara a hablar de lo que había sucedido con Antonio.

-No le busques entre los vivos, volvió a decirle.

-¿Antonio está muerto?

-Ya te dije, pregúntale a tu Dios. Antonio está muerto. Fue la noche en la que se incendió su vivienda. Mi Hermano Hall y yo le cuidábamos en su misma casa ese día.

Sall le explicó los sucesos y las conclusiones a las que había llegado. La noche del incendio de la vivienda de Antonio, Hall y Sall habían salido por Torrejón de Ardoz. También le explicó que ambos nunca trataron de aprovecharse de Antonio. En numerosas ocasiones, le cuidaban quedándose a dormir en casa. Antonio tenía otros amigos que hacían lo mismo y ambos les conocieron. Entre esos amigos se encontraban Marcial y Domingo.

La larga convalecencia y la lucha de Antonio por la vida le había reportado una serie de conocidos a los cuales les explicaba lo que eran los proyectos. Era como si Antonio luchara por su sueño. Su cáncer fue poco a poco siendo vencido gracias, en parte, a la ayuda de ellos. Parecía que Antonio odiaba a los que tenían compasión por él. Decía que no necesitaba la compasión de nadie. Y nosotros le tratábamos como si no tuviera enfermedad alguna.

-Tres horas antes del incendio que se produjo en su vivienda, mi Hermano y yo aprovechamos un rato y salimos por Torrejón de Ardoz. No sé, parecía como si nos esperaran. Antonio estaba convencido que le estaban vigilando y nosotros fuimos testigos de que era cierto. Pero esa noche, no vimos a nadie al principio.

Sall se tomó un respiro. Willy esperó pacientemente a que volviera a iniciar la conversación.

-Todavía no me explico cómo Antonio no se volvió loco. Sobre todo, después de la muerte de su ex mujer. Le abandonó después de todo lo que pasó con el COIIM y posteriormente se divorció, al menos es lo que Antonio nos contó. Unas semanas antes del incendio, su ex mujer murió en un accidente de coche. Iba acompañada de un abogado que también murió en el mismo accidente. Creo que a Antonio se le partió el alma. ¿Sabes? Ver llorar a una persona es duro, pero verle llorar a él... Creo que la seguía amando con locura.

Willy escuchaba atentamente. Había sacado una grabadora y le había pedido permiso para encenderla. Willy ya sabía lo del accidente. Sonia había obtenido el atestado y las fotografías del mismo. El coche quedó completamente destrozado.

-¿Qué pasó esa noche?

-Regresábamos de Torrejón pero antes paramos a comprar unos zumos. ¿Sabes? A Antonio le encantaban los zumos. Fuimos a comprarlos a una gasolinera de esas que tienen tienda abierta día y noche. Veníamos por el sur. La fachada de la vivienda de Antonio daba a un parque. La orientación es la misma.

-Conozco la zona.

-Hall y yo nos extrañamos de que todavía tuviera las luces encendidas. Por lo general se acostaba muy temprano. Atajamos por el parque. Vimos que la ventana del salón se abrió y...



"En parte, la presente video-novela (4ª parte) está basada en hechos reales. Sus documentos gráficos así lo demuestran, no habiéndose modificado alguno. Los cargos que aquí se nombran también son ciertos, no así los nombres de las personas, que han sido cambiados para preservar su dignidad y honor."

Definición de Prevaricación según la RAE: Delito consistente en dictar a sabiendas una resolución injusta una autoridad, un juez o un funcionario.

Definición de Prevaricación según Antonio: ¡Ahí va! ¡Serán delincuentes!

Definición de Estafa según Antonio: ¡La Madre que me parió!

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