miércoles, 14 de enero de 2009

El Corporativismo del COIIM (VII)

"En parte, la presente video-novela (2ª parte) está basada en hechos reales. Sus documentos gráficos así lo demuestran, no habiéndose modificado alguno. Los cargos que aquí se nombran también son ciertos, no así los nombres de las personas, que han sido cambiados para preservar su dignidad y honor."



Sonia había salido esa noche a tomar unas copas con sus amigos. Su amigo David le había comentado que la memoria USB había sido vendida en Marruecos según su numeración interna y que el lote correspondiente se había entregado allí haría aproximadamente un año. Anotó en su agenda esa nueva información.

David le hizo unas cuantas preguntas.

-¿Qué es lo que estáis investigando?

-La desaparición de una persona.

-¿Y qué había en la memoria?

Preguntas que Sonia contestó quizás un poco tercamente. No era partidaria de dar mucha información, pero ya que David había ayudado en lo que mejor conocía, lo mejor era corresponderle sin profundizar en exceso.

-Había varios ficheros y uno de ellos también está codificado. No hemos conseguido todavía la clave. He intentado con varias combinaciones pero sin resultado.

-¿Es interesante el caso?, volvió a preguntar David.

La música, sin llegar a altos niveles, hacía que ambos tuvieran que acercarse bastante y casi hablar en voz alta en los oídos. En ese momento estaban poniendo una canción de un grupo llamado Combichrist, el cual gustaba bastante a David, el cual seguía con movimiento rítmico de su cuerpo el retumbar de la percusión de los músicos.

-Bastante interesante. Habíamos cerrado el caso, dándolo por perdido y hace una semana me enteré que mi jefe lo había vuelto a reabrir. Me dió el otro día un susto de muerte. Ahora se ha disfrazado de vagabundo y pasa todas las noches con los mendigos de Torrejón de Ardoz, durmiendo entre cartones para conseguir localizar a dos personas.

-Desde luego, Willy se lo curra. Creo que se lo ha tomado como algo personal. Dijo David.

-Sí. Escucha David.- Sonia se puso seria. -No quiero que comentes nada a nadie, ni a tu mujer, pero he estado leyendo el Diario de Antonio, la persona que estamos buscando, y hay algo muy gordo, sucio y turbio en todo esto.

-¿Y eso?

-Solo decirte que vigiles tu espalda. Cuídate. Me marcho a casa.

Sonia le dio un par de besos. Se dirigió a su coche, arrancó y marchó hacia su casa. No se dio cuenta que un Mercedes Benz color gris oscuro la estaba siguiendo.

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